El efecto placebo: ¿podría estar basado en los genes?




Un grupo de investigadores suecos realizó un particular experimento y descubrió indicios que apuntan a que el famoso "efecto placebo" podría tener una base genética.
Un grupo de investigadores suecos realizó un particular experimento y descubrió indicios que apuntan a que el famoso "efecto placebo" podría tener una base genética.
Los experimentadores descubrieron que la presencia de cierta variedad genética en algunas personas parece incrementar la susceptibilidad de éstas al “efecto placebo”.
Y ¿qué es el efecto placebo? Se trata de esa misteriosa condición que hace que algunas personas se sientan mejor o mejoren sus síntomas a pesar de que reciban un tratamiento que no es tal. Un ejemplo usual es decirle una persona que va a recibir un medicamento pero que píldoras que toman no contiene más que un poco de azúcar.
Sin embargo en algunas oportunidades este tipo de “trucos” resulta efectivo. Justamente lo que descubrieron los investigadores es que las personas en las que resulta efectivo comparten ciertas características genéticas.
Pese a que este hallazgo genético sólo sirve en algunas condiciones y, aparentemente, sólo involucraría a un pequeño porcentaje de la población general; de confirmarse esta hipótesis sería un punto central para que la medicina comience a entender y a explicar un fenómeno para el cual no hay bases científicas concretas.
De acuerdo a lo que dijo Tomas Furmark investigador de la universidad de Uppsala en Suecia, "es la primera vez que una investigación científica logra unir la presencia de una variedad genética con el efecto placebo".
Furmark y sus colegas trabajaron con un pequeño grupo de 25 personas que compartían una característica: una muy fuerte ansiedad social un rechazo a hablar en público.
A los participantes se les dijo que se les iba al dar un tratamiento medicinal para superar esa situación de angustia y se les explicó que, tras finalizar el tratamiento, deberían dar un discurso en público.
Lo concreto es que se les dio a estas personas simples pastillas de azúcar a lo largo de ocho semanas y luego se realizó esta prueba con los participantes.
Lo que ocurrió es que 10 de los 25 voluntarios realmente afirmaron tener una menor cantidad de angustia y ansiedad a la hora de hablar en público.
Se estudió el ADN del grupo que respondió en forma positiva y se encontró que compartían una variedad genética particular que regulaba la síntesis de un neurotransmisor clave del cerebro: la serotonina.
El próximo paso es comprobar si esto se repite en otros experimentos y con otras condiciones y afecciones mentales similares tales como algunas fobias o ciertas depresiones.

Periodismo.com

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